lunes, 31 de mayo de 2010

Mi envidia a las tortugas


Won't back down una canción de Tom Petty que pocos afortunados de nuestra generación la deben conocer , escúchenla mientras leen el post..  http://www.youtube.com/watch?v=nUTXb-ga1fo

 Con orgullo me siento uno de esos pocos que la conoce, y de los que le encanta el rock clásico. Ahora ustedes también la conocen.

En estos momentos estoy en una etapa de mierda en mi cuatrimestre de la facultad tocando fondo poray ¿qué raro no?

"Well I won't back down" Empieza cantando Petty en este gran tema que por más de no ser uno de sus mejores, es uno de mis preferidos. Sigue la canción y dice  

"You can stand me up at the gates of hell 

But I won't back down" 

Hoy me siento en esa situación, en las puertas del fucking infierno...

Me siento ahí y miro la corriente del rio Aqueronte mientras pienso y medito, como llegue hasta acá. Para los que no saben, el rio que divide la tierra del infierno según los griegos.


Sigue la canción, con un estribillo bastante monótono y empieza una nueva estrofa


In a world that keeps on pushin me around

but I'll stand my ground

...and I won't back down


Es fácil deprimirse y entregarse, darse por vencido y tirar la toalla. También es fácil evadir el problema y culpar a otros por nuestros propios fracasos. No se confundan, por más que en este momento este en las puertas del averno nunca me sentí más lejos de ahí ¿Irónico no?

No hice mucho en este cuatrimestre, pero ante la adversidad siempre saco a relucir mi chapa. Pero ese es mi problema, siempre espero a la adversidad. Muchas veces es tarde. 

Siempre envidie a la tortuga del cuento de la tortuga y la liebre. Lenta pero constante, nunca en toda mi vida pude ser como ella. Siempre fui una liebre  rápida, pero por sobretodo perezosa, que se tiraba a dormir en cada árbol que veía y esperaba al final para empezar a correr, pero aun así, la tortuga le ganaba.


I won't back down...
Hey baby, there ain't no easy way out
and I won't back down...
hey I will stand my ground


Hoy me acabo de despertar como la liebre del cuento. El camino que tengo que correr es largo, y va a ser un trabajo arduo, como dice Petty, There ain´t no easy way out, pero no tengo dudas que voy a llegar a la meta. Cuanto envidio a la tortuga, lenta pero constante que va a llegó primera.

Pecare de vanidoso pero si tan solo hubiera empleado un cuarto de la constancia de la tortuga, hubiera llegado primero y ya podría dormir tranquilo.




Un link a la canción que sin duda no tiene desperdicio.

Ya en un toque subo la part szri de la ultima cena con preferida

Y perdón por los horrores de ortografía, hoy no esta mi editora en msn.

miércoles, 26 de mayo de 2010

La ultima cena (part tchu)



Llegué a la casa de mi tía abuela Preferida luego de un largo viaje en el auto de Gordo, mi padre. Era una tarde de primavera en la cual el irresponsable calor del verano que prometió venir nunca llegó y el frío del duro invierno de 29 pulgadas se negó a retirarse.

Gordo nació en 1951, allá por el tricampeonato de racing. Nació en una familia multimillonaria que luego perdió todo. A los 18 años comenzó a trabajar en un taxi para llevar el pan a la mesa de su casa. Luego trabajaría en una carpintería con su padre Sábado y su abuelo Domingo. Muchas noches me pregunto cuál sería mi nombre si a él lo hubieran nombrado Viernes. Lamentablemente la carpintería Fin de semana, así la llamaron mi padre y sus ancestros, se incendiaría no una sino dos veces. Hoy luego de tener sus éxitos en el mercado del fitnnes y introducir el paddle a la argentina Gordo es uno de los tantos dueños de una pyme estancada en la mediocridad quien se piensa que por tener experiencia en la pobreza y en la fortuna se las sabe absolutamente todas y tiene muchas veces una actitud soberbia y altanera. 

Mi madre Hera, siempre preocupada por tratar de mostrar una familia perfecta y complacer a los demás por sobre todas las cosas, abrió la puerta izquierda del auto, me despertó con una leve palmada en la mejilla y me dijo, portate bien, no querés matar a la tía preferida de un ataque al corazón. Mi  madre siempre fue muy dramática, por suerte mi hermano Héctor me enseñó a tomar con pinzas todo lo que ella me decía. Gordo, al contrario, dejaba que todo sea, el confiaba en que pase lo que pase, todo siempre terminaba funcionando bien. Sentados a mi izquierda en la parte trasera del auto estaban sentados mis dos tíos. Perfecto y Perfecta. Perfecto era de los mejores amigos de Gordo en la infancia y en la vejez. Perfecta era la hermana menor de mi madre,  que contrario a su nombre no hacía más que darle problemas a la pobre Hera, quien siempre era castigada por las travesuras de su hermana menor. Perfecta era una tía fenomenal, solíamos divertirnos haciendo rabiar a mi madre, quien siempre decía que le sacaríamos canas verdes, hecho que hasta el día de hoy jamás logré. Los Perfectos, así los llamábamos los primos, eran unos tíos modelo.

Apenas entramos por la reja roja al patio de la casa de Preferida dos perros ovejeros vinieron eufóricos a saludarnos, luego, de la puerta de madera de la casa del techo de tejas salió la prima de mi madre, Serena Lamar y su marido Cuarto Menguante. Que pareja tan armoniosa hacían, Serena Lamar nunca pudo tener hijos, y cuidaba a su marido cuarto menguante como si fuera uno. Una noche cuarto menguante no regreso, lo encontraron ebrio en una zanja, recuerdo que esa noche, la tía Serena estaba muy preocupada, ya que llamó a casa llorando. Desde entonces siempre que la veo se me viene una rima muy graciosa a la mente ¨ Si de noche hay Cuarto Menguante, Serena estaba Lamar¨

 Ambos me saludaron con mucho cariño y como de costumbre le preguntaron a mi madre si ya había cumplido los 12 años. Tengo 16, conteste irritado antes de que mi madre pudiera abrir la boca.  Madre exclamo mi nombre con enojo, y mi tía Serena Lamar se rió.

La ultima cena (PART UAN )


29 pulgadas no es un pueblo , pero tampoco es lo suficientemente grande como para ser una ciudad, sin embargo, como todo los pueblos tiene la iglesia enfrente a la plaza en donde seguramente también se realizan los actos oficiales y los carnavales de febrero.
Gran parte de mi familia nació y es oriunda de allí, pero lamentablemente no estoy muy al tanto de mi árbol genealógico. Al haber muerto mis 4 abuelos antes de que yo cumpliera los 12 años de edad para mi, mi familia empieza con mis padres y tíos y termina con mis sobrinos. Distinto es el caso de mi primo Omar , quien por cuestiones laborales de su padre , que también se llama Omar, se fue a vivir a 29 pulgadas cuando tenía diez años y se cree oriundo de allí por mas que no lo sea. Es por eso que el seguramente se sabe de memoria todo nuestro árbol familiar que comenzó en el no pueblo no ciudad de 29 pulgadas. Ahora que recapacito y pienso me parece que es una ciudad , seguramente ese primo mío me insulte de arriba a abajo en un acto de orgullo de pueblerino. Allí , en las calle 27 entre la 8 y la 10 hay una casa común con un techo de tejas , una puerta de madera y una reja roja que si esta de humor nos permitiría ingresar a su patio. En ese entonces , esa era la morada de a mi tía abuela Preferida. La noche en la cual tiene lugar esta historia coincide con el cumpleaños de mi tía abuela. Ella Nació en 29 pulgadas en 1908, tenía dos hermanos , Rosa , la mas chica, y Horacio, mi abuelo, ella era la mas grande. La vieja era una señora que nunca se casó, sin embargo, sufrió la desaparición de su gran amor Jacinto Wilfredo Grüetter durante el gobierno del general Peron. Ella vivió en Estados unidos durante la segunda guerra mundial, que es como haber vivido en Escocia durante la guerra de las Malvinas y volvió a su pueblo natal apenas finalizo la guerra. Cuando regresó se volvió muy seguidora del club de futbol de su ciudad, Torbellino. En el 2004 dejó de hablar , muchos dicen que fue porque cantó festejó insultó gritó y finalmente lloró con los violentos de la barra durante el partido que le otrogó el ascenso a Torbellino de 29 pulgadas a la primera division del futbol argentino, otros, dicen que simplemente con sus 96 años de edad se canso de hablar. Yo por mi parte , me inclino por la primer opción, ya que el hecho de imaginarme la cantando gritando y festejando el asenso con la barra de torbellino , y que luego pierda la voz es simplemente de
fábula.
4 años mas tarde , para su cumpleaños numero 100, parte de mi familia y yo cenaríamos en su hogar y esa cena sería la única vez que recordaré haber visto a mi tía abuela en persona.
(la foto es del monumento del gaucho a caballo del no pueblo no ciudad de 29 pulgadas)